lunes, 1 de mayo de 2017

El jetón de la Isla de los Faisanes.

El jetón de la Isla de los Faisanes. Artículo publicado en: Eco Filatélico y Numismático 72(1249) (Marzo 2016): pp. 48-50.

Miguel Ibáñez Artica.





Entre los jetones conmemorativos emitidos por los distintos servicios de la administración real francesa durante el denominado “siglo de oro”, podemos señalar los alusivos al tratado de paz de los Pirineos y al matrimonio del Rey Sol, Luis XIV de Francia, con la hija del monarca español Felipe IV.
En varios de los tipos emitidos, aparecen en el anverso los bustos enfrentados de Luis XIV y María Teresa de Austria, con la leyenda: LVD XIIII ET MAR THER D G FR ET NAV REX ET REG (Luis XIV y Mª Teresa, por la Gracia de Dios, Rey y Reina de Francia y Navarra), y hay uno especialmente interesante por su original reverso: el plano de Isla de los Faisanes, en la localidad de Irún, lugar donde se firmó el tratado (Figura 1) que lleva la leyenda AETERNO FOEDERE IVNGAM (unidos por un pacto eterno) (Feuardent 13027).


Figura 1.- Jetones que muestran en el reverso la Isla de los Faisanes.

            En este reverso, podemos observar como a ambos lados de la Isla se extienden sendos puentes, soportados cada uno por tres barcazas, y aparece bajo dos formas diferentes: con la fecha 1660, o con una decoración ondulada en el exergo. Esta representación de la Isla de los Faisanes, además del tipo que presenta en el anverso los bustos enfrentados de los monarcas, figura también en algunos otros jetones de la época emitidos por el consejo (F. 223, 224) y la administración del rey (F. 12551-12553), en el condado de Artois (F. 6968), revertido al dominio francés por el Tratado de los Pirineos, e incluso en jetones particulares como el emitido por el notario Jean de La Balle (F. 3829) (Figura 2).


Figura 2.- Enlaces de cuños de los diferentes jetones donde aparece la Isla de los Faisanes.

            La minúscula Isla de los Faisanes, situada en medio del río Bidasoa a la altura del paso fronterizo de Behobia, ya había gozado de gran protagonismo unos años atrás, cuando en noviembre de 1615, los embajadores de Francia y España realizaron el intercambio de dos princesas en este lugar neutral: Isabel, hija de Enrique IV de Francia, prometida y futura esposa de  Felipe IV, y la hermana de éste, Ana de Austria, prometida de Luis XIII y futura reina de Francia (Figura 3). El nombre que recibe actualmente de Isla de los Faisanes, no tiene que ver con la exótica gallinácea, sino que puede ser una degeneración del término “pausan”, derivado del vasco “pausu” o “paso”, peaje que debía pagarse en este lugar al cruzar la frontera, o bien derivar del nombre francés de “L’île des faisants”, o “isla de los negociadores”.


Figura 3.- Representación idealizada del intercambio de princesas en la Isla de los Faisanes, a la derecha Ana de Austria y a la izquierda Isabel de Francia.

            Sin embargo, el acontecimiento histórico más importante acaecido en este remoto lugar, tuvo lugar entre agosto y noviembre de 1659, cuando se produjeron hasta 24 reuniones en la Isla de los Faisanes entre el cardenal Mazarino, en representación de Francia, y don Luis de Haro por parte española (Figura 4), que concluyeron con el que sería conocido como “Tratado de los Pirineos”, por el que España cedía a Francia el condado de Artois, la región del Rosellón y algunas plazas fuertes en los Países Bajos. La paz entre ambos países se sellaba con un matrimonio, el del monarca francés con la infanta María Teresa, hija mayor del rey de España Felipe IV, además se pactaba una dote de medio millón de escudos de oro a cambio de la renuncia de la princesa a la corona de España, dote que nunca fue pagada y que propició más tarde las pretensiones francesas al trono, que cristalizaron con la instauración en España de la dinastía francesa de los Borbones en la persona de Felipe V, nieto de María Teresa y Luis XIV.


Figura 4.- Grabados de época que muestran las construcciones realizadas en la Isla de los Faisanes para la ceremonia y mapa representado en el jetón conmemorativo.

El día 3 de junio tuvo lugar en la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y del Manzano de Fuenterrabía la boda por poderes entre  María Teresa y Luis, y al día siguiente, en el pabellón construido en la Isla de los Faisanes se produjo el encuentro de la infanta y el rey Felipe IV con Ana de Austria, hermana del monarca español y madre del rey francés Luis XIV.

Tres días más tarde, las delegaciones de ambos reinos luciendo sus mejores galas, se reunieron en el salón construido para la ocasión en la isla y lujosamente decorado por el mismo Velázquez, donde una línea que lo cruzaba de extremo a extremo marcaba la frontera entre Francia y España, allí los dos monarcas rubricaron el Tratado de los Pirineos, formalizando el acuerdo de paz, alianza y amistad entre los dos reinos. Eso sí, sin que ninguno de ellos cruzase la línea fronteriza situada en medio del salón (Figura 5).

A partir de 1856, la Isla de los Faisanes, con apenas dos mil metros cuadrados de superficie, se convirtió en el condominio más pequeño del mundo, donde actualmente ejercen su autoridad los comandantes navales de Bayona y San Sebastián, que se alternan en el mandato cada seis meses.


Figura 5.- Reunión de Felipe IV y Luis XIV en la Isla de los Faisanes.

A pesar de la trascendencia histórica de estos acontecimientos, existen algunos detalles curiosos que han pasado más desapercibidos. Con el fin de realizar los preparativos de la ceremonia, Felipe IV designó al famoso pintor Diego de Velázquez, que en esas fechas ostentaba el importante cargo de Aposentador Real, mientras que por parte francesa se nombró responsable a un capitán de los mosqueteros llamado Charles de Batz-Castelmore, conde de Artagnan (c. 1611–1673), que en 1657 había entrado en la compañía de mosqueteros como capitán, convirtiéndose en confidente del monarca. En este personaje se inspiró el escritor Alejandro Dumas para su famosa novela (Figura 6), si bien situó al personaje de ficción unos años antes, bajo el reinado de Luis XIII y con el cardenal Richelieu como primer ministro del reino. El verdadero D’Artagnan murió en el sitio de Maastrich en 1673, alcanzado por una lluvia de balas, mientras que el pintor Velázquez, a los pocos meses de su regreso de la Isla de los Faisanes, en julio de 1660, contrajo la viruela, y el seis de agosto, fallecía. Probablemente algunas de las últimas obras del famoso pintor, fueron las realizadas para decorar el lujoso salón construido en la Isla de los Faisanes.


Figura 6.- D’Artagnan en una moneda conmemorativa francesa y Velázquez en un billete de 50 pesetas.

Muy probablemente ambos personajes se conocieron en la Isla de los Faisanes (Figura 7), pero ignoramos completamente cuáles pudieron ser sus relaciones. En cualquier caso, hay aquí un material suficiente para escribir una novela con tintes históricos, que con toda seguridad alguien -algún día-, abordará.



Figura 7.- Jetón francés con el plano de la Isla, y al fondo la Isla de los Faisanes en la actualidad.


            Con posterioridad, la Isla de los Faisanes siguió cumpliendo su papel diplomático, y el 3 de noviembre de 1679 María Luisa de Orleans, sobrina de Luis XIV fue entregada para contraer matrimonio con Carlos II, y el 9 de enero de 1722 se volvió a producir un canje de princesas, Luisa Isabel de Orleans para desposarse con el futuro Luis I (hijo de Felipe V), y María Ana, hija del monarca español, con Luis XV, aunque en este caso la boda no llegó a celebrarse. Nuevamente el 13 de enero de 1745, se entregó a María Teresa Antonia, para desposarse con el hijo primogénito de Luis XV, que fallecería antes que su padre



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